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Los jóvenes, el dinero y el Informe PISA
¿Están capacitados los jóvenes de 15 años para manejar su economía personal? Sospechamos que no, pero pronto tendremos una respuesta mejor fundada: a partir de 2012, el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE va a añadir estas habilidades a las que ya venía valorando desde el año 2000 sobre lectura, matemáticas y ciencias. La OCDE tiene claro que cualquier esfuerzo educativo queda incompleto sin esta destreza, imprescindible para lograr el bienestar individual y social.
El Programa, más conocido por sus siglas en inglés (Programme for International Student Assessment) se realiza cada tres años en 67 países. El estudio de 2012 estará centrado en las competencias matemáticas, de resolución de problemas y de alfabetización financiera. De momento, esta última prueba solo va a aplicarse en 19 países, entre ellos dos del espacio iberoamericano: Colombia y España. El Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación ha publicado una interesante guía de orientación para el estudio piloto que se ha realizado en 2011, como preparación para las pruebas reales.
El documento de la OCDE Marco de alfabetización financiera PISA 2012 aclara qué cabe esperar de los jóvenes en esta edad: "…cierto conocimiento y comprensión del entorno financiero en el que viven ellos y sus familias. Sin duda todos han adquirido artículos para el hogar o para uso personal; algunos habrán tomado parte en reuniones familiares sobre el dinero y sobre la diferencia entre desear y necesitar; y un razonable porcentaje incluso habrá empezado a ganar y ahorrar dinero.
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Algunos estudiantes tienen cierta experiencia de los productos financieros, a través de cuentas corrientes o de contratos de telefonía móvil. Conceptos como interés, inflación o valor del dinero pronto serán, si no lo son ya, importantes para su bienestar financiero. (…) La educación financiera no solo implica conocimiento, comprensión y habilidades para tratar temas financieros, sino también atributos no cognitivos: la motivación para buscar información y consejo con el fin de participar en actividades financieras y la confianza para hacerlo. Estos atributos se consideran una meta de la educación financiera, además de ser instrumentos para generar habilidades y conocimientos".
La edad de los jóvenes a los que se realiza el estudio PISA, en el umbral de la vida adulta, resulta especialmente oportuna para valorar sus habilidades financieras. Tanto si continúan sus estudios como si se incorporan al mundo laboral, la capacidad para adoptar decisiones económicas eficaces puede marcar una gran diferencia en su futuro.
¿Verdad que todo esto suena bien? Sin duda. Claro que en 2014 se difundirán los resultados y entonces, probablemente, comprobaremos que los jóvenes de nuestra sociedad están tan mal preparados para gestionar su economía personal como lo estamos los adultos. Bastante lógico, por otra parte: sin duda sería de ciencia ficción que, en la sociedad del endeudamiento y del consumismo compulsivo, los jóvenes fueran capaces de mostrar más sentido común que sus mayores.
 Es cierto que, en los últimos tiempos, muchos países se están planteando la importancia de incorporar la educación financiera al sistema educativo; cómo hacerlo de manera eficaz es otra cuestión mucho más compleja, que sobrepasa las intenciones de este artículo. En todo caso, conviene recordar que, si queremos que los jóvenes estén preparados para enfrentarse con garantías al mundo real, el proceso formativo debe comenzar mucho antes: con los valores, creencias y actitudes que inculcamos a los niños en sus primeros años.
Cristina Carrillo
Addkeen Consulting - Buenos Aires
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